El dolor articular y el tiempo

Los distintos tipos de dolor articular tienen muchas cosas en común. Aunque pueden producirse en lugares muy diferentes del cuerpo, la mayoría de las lesiones articulares provocan dolor e inflamación. También se tratan con medios muy similares: el reposo, los medicamentos antiinflamatorios y un régimen de terapia de ejercicio como SimpleTherapy son extremadamente eficaces. Una cosa un poco más sorprendente que tienen en común las lesiones articulares es que tienden a causar más rigidez y dolor en las articulaciones en función del tiempo que haga.

Hay varios tipos de condiciones meteorológicas que pueden influir en el tacto de la pintura de las juntas un día cualquiera. Conocer el efecto que cada tipo de clima tiene sobre sus articulaciones le permitirá anticipar mejor qué días pueden ser más difíciles, y le permitirá compensarlo de diversas maneras.

Frío

El frío es una de las condiciones ambientales más comunes que provocan las quejas de quienes padecen dolores articulares. Aunque la aplicación de frío se recomienda en algunas lesiones para disminuir la hinchazón, el frío puede hacer que las articulaciones se sientan más doloridas, ya que los músculos se contraen y se tensan con el frío. Mantenerse lo más caliente posible será de gran ayuda, y aplicar calor directamente sobre una articulación dolorida, por ejemplo mediante una botella de agua caliente, ayudará a los músculos a relajar su tensión.

Humedad

El tiempo húmedo, ya sea frío o caluroso, también puede empeorar el dolor y la rigidez de las articulaciones. Las personas que padecen artrosis, en particular, pueden ser muy sensibles a la humedad, y afirman que sus síntomas cambian con el tiempo húmedo. Pasar tiempo en casa puede ser útil, y disminuir sus actividades cuando el dolor y la hinchazón empeoran es una buena idea.

Presión barométrica

Cuando la presión barométrica cambia repentinamente, pueden aumentar los síntomas articulares, como el dolor y la hinchazón. Los cambios en el barómetro están provocados por los sistemas de alta y baja presión que atraviesan la atmósfera local, y cada persona reacciona a estos cambios de presión de forma diferente. A algunas personas les duele más la presión alta, mientras que otras son más sensibles a la presión baja. En cualquier caso, se trata de un cambio meteorológico difícil de afrontar, ya que por lo general sólo hay que esperar a que pase el temporal.

Comprender cómo puede afectar el clima al dolor articular permite a los pacientes afrontarlo con mayor eficacia. Incluso si no hay medidas directas que pueda tomar para mitigar los efectos del tiempo, conocer y ser capaz de planificar el empeoramiento del dolor articular puede ser útil. Incorporar ejercicios de flexibilidad y de bajo impacto o sin carga de peso, como pilates, yoga o actividades acuáticas, también puede ser muy beneficioso para las articulaciones doloridas.

Resulta que la creencia popular de que las personas con articulaciones doloridas y lesiones antiguas son capaces de predecir el tiempo puede tener algo de verdad.

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